Sunday 12 November 2017

JUEGO SOBERANO: COMO SOLUCIONAR CONFLICTOS DE SOBERANÍA (PARTE 16 DE 21)


Khemed, Syldavia y Borduria están teniendo negociaciones acerca de la soberanía sobre Khemed. Su mundo está a punto de perecer y deben llegar a un acuerdo. Cada una de estas partes envió representantes a las negociaciones. Mediante la aplicación de maximin, los representantes decidieron compartir la soberanía. Por simple que parezca, enfrentan otro problema: ¿cómo van a compartir la soberanía? Es decir, ¿cómo se puede dividir la soberanía? Ya revisaron varias opciones y las rechazaron todas. Primero, el derecho histórico. Beneficiar sólo a una de las partes fue la segunda opción. La tercera opción revisada fue dividir la soberanía en diferentes porciones. En este momento, están considerando si la soberanía se puede dividir en partes iguales. En resumen, dividir la soberanía por igual significa otorgar a partes desiguales en muchos niveles y en muchos aspectos, porciones iguales de soberanía sobre Khemed. Con esto en mente, es muy probable que cualquier representante razonable vea al menos tres problemas principales:

a) ¿Cómo se distribuirán los derechos y beneficios?

b) ¿Cómo se distribuirán las obligaciones?

c) ¿Qué van a hacer con las áreas de soberanía que, en principio, no se pueden dividir?

Pensando como lo harían los representantes, consideremos estos tres problemas de a uno por vez.

Primero, la soberanía sobre cualquier tierra implicará derechos y obligaciones. Khemed, como cualquier otro territorio, implicará derechos y obligaciones en términos de su soberanía. Centrados solamente en los derechos, si Khemed, Syldavia y Borduria recibieran una porción igual de soberanía, a primera vista la decisión parecería justa. ¿O no? El problema no es la división teórica igual, sino su aplicación a la realidad. Después de firmar un acuerdo de este tipo, Khemed y Borduria se encontrarían con el 33% de los derechos en relación con, por ejemplo, la exploración y explotación de los recursos naturales raros que podrían salvarlos a todos. Como sabemos, solamente Syldavia tiene la tecnología y los medios para explorar y explotar el recurso. Esto significa que lo que en principio parece ser una distribución justa de la soberanía porque las porciones son iguales, en realidad resultará en la desventaja de la mayoría de las partes y en la ventaja de sólo una de ellas.

Al igual que en el punto anterior, los representantes pensarían en la división igualitaria de las obligaciones. En ese sentido, consideremos el mismo ejemplo, ésto es la exploración y explotación de los recursos naturales. ¿Estaría solamente Syldavia obligada a hacer esto ¿Qué pasa con la obligación que Khemed y Borduria ya que no pueden cumplir porque no tienen ni la tecnología ni los medios? Consideremos otro ejemplo importante: ¿cómo protegerían o defenderían las tres partes el raro recurso natural? Los tres pueblos, Khemedianos, Syldavianos y Bordurianos dependen del raro metal para sobrevivir a una catástrofe natural. Si dividen la soberanía entre las tres partes en porciones iguales, cada una estará obligada a proteger el mismo recurso raro. ¿Cómo cumplirán Khemed y Borduria su obligación cuando no tienen los medios para hacerlo?

Considerar los dos asuntos que abordamos antes de manera separada demuestra ser un problema si los representantes quieren dividir la soberanía en partes iguales. ¿Cambiaría esta visión si consideráramos la división igual de derechos y obligaciones conjuntamente? La respuesta es corta: no lo haría. ¿Por qué? Si Khemed, Syldavia y Borduria aceptaran dividir por igual los derechos y obligaciones en relación con la soberanía sobre Khemed, en el caso de, por ejemplo, la exploración y explotación de recursos naturales, Syldavia sería la única capaz de hacerlo. Además, en el caso de la protección del territorio y los recursos, Syldavia sería una vez más la única parte con la capacidad de hacerlo. En resumen, Syldavia sería la única parte capaz de ejercer sus derechos en relación con la soberanía sobre Khemed (al menos en los ejemplos que examinamos) y la única parte capaz de cumplir con sus obligaciones. ¿Daría esto a los Syldavianos el uso y la propiedad exclusivos del recurso natural raro? O, por la razón que fuera, ¿tendrían que compartir el resultado de sus esfuerzos, mientras que Khemedianos y Bordurianos hicieran muy poco?

El tercer y último problema que consideraremos: ¿qué pasa con las áreas que no se pueden dividir? Del mismo modo, ¿qué pasa con las áreas que, en principio, podrían dividirse, pero que no podrían dividirse por igual? Dejando de lado por ahora las consideraciones que acabamos de hacer, la soberanía sobre Khemed implicará de hecho recursos naturales (incluido el metal raro), su exploración y explotación, protección, y otras áreas que en principio podrían dividirse. Pero habrá muchas otras áreas que resultarán difíciles de dividir. Por ejemplo, ¿cómo van a compartir la creación y la aplicación del derecho? Para un ejemplo específico, ¿qué pasa con el derecho penal o criminal en el caso en que una de las partes todavía tuviera la pena de muerte como sanción capital y las otras dos partes no? ¿Qué pasa con los derechos humanos en el caso de que una o más de las partes se rijan por regímenes diferentes al de una democracia? En el aspecto social, ¿qué pasa con las migraciones, cuestiones relacionadas con la etnia, el idioma, la cultura y la religión? ¿Prevalecen los deseos de la mayoría? ¿O deberían llegar a un nuevo acuerdo? Y estos son sólo algunos ejemplos. Recordemos que la soberanía tiene que ver con muchas áreas y muchos niveles.

Podría haber otros problemas con la división igual de la soberanía sobre Khemed. En cualquier caso, los representantes reconocerían al menos los tres considerados anteriormente. Es muy poco probable que un representante razonable opte por esta opción e incluso si uno de ellos lo hiciera, es extremadamente difícil ver cómo los tres llegarían a tal acuerdo.
Los siguientes posts introducirán algunas otras consideraciones. Esta vez, los representantes tendrán que ser más creativos y proponer otra opción, ya que las que ya están disponibles parecen resultar en disputas interminables. Y, como sabemos, con el fin de su mundo llegando rápidamente, tiempo es algo que no pueden dar por sentado.

Jorge Emilio Núñez

13 de noviembre de 2017

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