Friday, 29 January 2016

Malvinas (Falklands) y Soberanía




Una vez más, las Malvinas en los medios. Y una vez más, el gobierno de la Argentina sólo rechaza la opinión de los isleños, el discurso oficial del gobierno británico o, si lo estima conveniente, la sociedad internacional y el orden jurídico. El gobierno británico, a veces proactivo, a veces reactivo. Proactivo en invitar a los isleños a toda negociación; reactivo, a cualquier declaración que provenga del gobierno argentino.


Esta vez, es el líder del Partido Laborista, el Sr. Jeremy Corbyn, quien sorprendentemente pidió un "diálogo sensible" con la Argentina sobre las Islas Malvinas controladas por los británicos.



Muchas voces se han escuchado en menos de una semana. El siguiente párrafo las resume:
"Por un lado, dijo que debemos entrar en discusiones razonables con Argentina sobre su futuro. Por otro lado, dijo que los isleños tienen derecho a permanecer allí, y tienen derecho a decidir sobre su propio futuro. Tomados individualmente, éstas parecen proposiciones perfectamente razonables. Pero el Sr. Corbyn claramente no tiene idea de cuan irreconciliables estos dos conceptos están cuando se encuentran juntos.”



En consecuencia, en lo que puede parecer ser un silogismo puro en la lógica, la opinión general de lo que el Sr. Corbyn sugirió puede ser esbozada como sigue:

PREMISA A: El Reino Unido debe entrar en discusiones razonables con Argentina sobre las Malvinas.
PREMISA B: Los isleños tienen derecho a permanecer allí y decidir su futuro.
PREMISA C: Premisa A y B premisa son mutuamente excluyentes y colectivamente exhaustivas.
CONCLUSIÓN: No hay solución posible para el enigma acerca de la soberanía sobre Malvinas/Falklands. En consecuencia, el discurso del Sr. Jeremy Corbyn es erróneo.

No estoy de acuerdo. Sin apoyar a partido político alguno, tengo que decir que el Sr. Corbyn sólo afirma algo que en la teoría jurídica, la teoría política, las ciencias políticas, la legislación es tanto posible cuanto alcanzable. Para los que siguen mis escritos, saben que he estado trabajando en el caso Malvinas durante más de una década. De hecho, varios de los mensajes publicados a través de este blog demuestran el punto (por no citar artículos académicos en revistas especializadas de derecho y ciencias políticas y otras contribuciones académicas, participaciones, y discusiones en seminarios, congresos, conferencias en todo el mundo).
El conflicto, y más concretamente el conflicto soberano de Malvinas, no ha sido resuelto todavía, tanto fáctica como jurídicamente. El lector puede estar de acuerdo o en desacuerdo mediante un juicio de valor. Pero un juicio de valor no puede estar en desacuerdo con los hechos y la ley. Las cosas son como son, independientemente de lo que pensamos de ellas o cómo las valoramos.

Argentina, el Reino Unido y las Islas Malvinas tienen que comprometerse si realmente buscan  poner un final pacífico y definitivo a la disputa. ¿Qué implica comprometerse? En términos generales, para comprometerse implica un acuerdo entre las diferentes partes en relación con algo que ellos están reclamando y, en consecuencia, aceptar las reclamaciones de las otras partes (o parte de ellas). Implica diálogo, y el diálogo implica respeto mutuo, tolerancia.

Cierto. Alguien podría argumentar que la soberanía implica un derecho exclusivo. Para una definición clásica de la soberanía:
"[La soberanía es] una autoridad suprema en un [E]stado. En cualquier [E]stado soberanía recae en la institución, persona o cuerpo que tiene la última autoridad para imponer la ley sobe todos los demás individuos en ese Estado y el poder de alterar cualquier ley preexistente. [...] En el derecho internacional, es un aspecto esencial de la soberanía que todos los [E]stados deben tener el control supremo sobre sus asuntos internos [...] "
Martín, E. A. y Derecho, J., ed. 2006. Un diccionario de la Ley. Oxford: Oxford University Press.

Evidentemente, hay muchas otras definiciones de soberanía que puedan proponerse. Por otra parte, de hecho hay muchas cuestiones conceptuales que podemos considerar al referirse a la soberanía del Estado. Se mencionan algunos de ellos a continuación. El objetivo aquí es únicamente hacer evidente cómo un concepto que al principio se piensa como absoluto presenta varias características que muestran algo diferente. Algunas de estas cuestiones conceptuales incluyen:
· La confusión entre autoridad suprema e ilimitada o absoluta y cómo los diferentes tipos de límites-por ejemplo. internos, internacionales, religiosos se relacionan con el concepto de soberanía.
· Si la soberanía es una forma de autoridad o poder, o ambos.
· La distinción relacionada entre soberanía de jure y la soberanía de facto.
· Si la soberanía es una característica de una institución o de una persona o grupo de personas. En relación con esto, la diferencia entre la soberanía como algo que posee un Estado (por ejemplo, los Estados Unidos, Argentina) y la soberanía como algo que puede o no puede ser poseído por una institución dentro de un Estado (por ejemplo, la soberanía parlamentaria en el Reino Unido, la ausencia de una sola institución soberana dentro de los Estados Unidos).
· Estado con sobetrania "interna" y "externa."
· La noción de soberanía "popular".
· Si podemos pensar en la soberanía como algo poseído dentro de una jurisdicción limitada (por ejemplo, "tengo autoridad sobre la materia X pero no sobre cuestiones Y y Z, pero mi autoridad sobre X es final y completa, así que soy soberano sobre X”) o si la soberanía debe conllevar una noción de competencia jurisdiccional plena.


En pocas palabras, la soberanía y la tolerancia pueden no aparecer como conceptualmente aproximadas. Como la soberanía implica imperium absoluto o autoridad suprema sobre un determinado territorio y su población (Estado soberano),  puede argüirse que posee una relación antitética con la tolerancia. Sin embargo, el hecho que la soberanía puede -y de hecho- tiene limitaciones refuta ese postulado.

Un Estado soberano no es tolerante si no respeta a sus pares -i.e. si no respeta la soberanía de los demás. ¿Respeta Argentina al Reino Unido en el caso de las Malvinas y viceversa? En lo que se refiere específicamente a los conflictos de soberanía, cada Estado soberano involucrado desaprueba las pretensiones del oponente respecto al tercer territorio en disputa, y consecuentemente, implica un juego de suma cero para todos los agentes implicados. Mediante la adición de la tolerancia a la ecuación, estos Estados soberanos deberían al menos asegurar su respeto recíproco como pares internacionales y, posiblemente, el reconocimiento mutuo como agentes interesados ​​en relación con el tercer territorio. ¿Hasta dónde puede esta clase especial de la tolerancia internacional extenderse? La respuesta a esta pregunta es crucial, ya que dependiendo de su resultado, la tolerancia puede implicar el respeto de la situación actual (statu quo) en los conflictos de soberanía o incluir comportamientos para avanzar hacia una solución viable.

A primera vista, la tolerancia parece ser generalmente entendida como implicancia de obligaciones negativas -en la forma de no hacer, no interferir con otra persona. Del mismo modo, a nivel internacional, el principio de no intervención es fundamental para las relaciones internacionales.
Tanto Argentina como el Reino Unido pueden actuar en relación con las Malvinas/Falklands, conocen de su existencia y la de su competidor, y se abstienen de poner plenamente sus derechos reclamados en acción. En efecto, existe un cierto grado de tolerancia entre la Argentina y el Reino Unido. De hecho, el principal problema entre ambos Estados soberanos es la disputa sobre la soberanía de las Malvinas. ¿Puede un paraguas de la tolerancia ser la respuesta? Eso parece lo que el Sr. Corbyn sugiere.

Un primer -y maduro- paso para avanzar es que tanto los gobiernos de Argentina cuanto el del Reino Unido acepten la existencia de su par en el conflicto, así como a los isleños. En este blog ya hemos analizado porqué los isleños deben ser incluidos en toda negociación y tener voz y voto.  Ha llegado el momento de poner un punto final, dejar de lado argumentos egoístas e infantiles, y avanzar hacia una solución final, pacífica y definitiva.

La solución que sugiere quien escribe estas líneas es la que cualquier persona interesada en la paz y seguridad internacional sugeriría: Soberanía Compartida Egalitaria que incluye a todas las partes, es decir Argentina, el Reino Unido y los isleños de Malvinas/Falklands.

Algunos posts anteriores sobre Malvinas/Falklands y soberanía:





Friday, 22 January 2016

Falklands (Malvinas) and Sovereignty


Once again, the Falklands on the news. And once again, Argentina’s government only rejecting the Falkland islanders’ opinion, the British government official speech or, if convenient, the international society and legal order. The British government, sometimes proactive, sometimes reactive. Proactive in inviting the Falkland islanders to ANY negotiations; reactive, to any declaration coming from the Argentinean government.


This time, it is the Labour leader, Mr Jeremy Corbyn, who surprisingly “called for a “sensible dialogue” with Argentina over the British-controlled Falkland Islands.”
Many voices have been heard in less than a week. The following paragraph sums them up:
“On the one hand, he said that we should enter into reasonable discussions with Argentina about their future. On the other, he said that the Falkland Islanders have got a right to stay there, and have a right to decide on their own future. Taken individually, these look perfectly reasonable propositions. But Mr Corbyn clearly has no notion of how irreconcilable these two concepts are when put together.”

Consequently, in what may appear to be a pure syllogism in logic, the general opinion of what Mr Corbyn suggested may sketched as follows:
PREMISE A: The UK should enter into reasonable discussions with Argentina over the Falklands.
PREMISE B: The Falkland islanders have the right to stay there and to decide their future.
PREMISE C: Premise A and premise B are mutually exclusive and collectively exhaustive.
CONCLUSION: There is no possible solution to the Falklands/Malvinas sovereignty enigma. Therein, Mr Jeremy Corbyn is wrong.

I disagree. Without supporting any political party, I have to say Mr Corbyn only states something that in legal theory, political theory, political sciences, law is both possible and achievable. For the ones that follow my writings, they know I have been working on the Falklands/Malvinas case for more than a decade. In fact, several of the posts published through this blog demonstrate the point (let alone academic journal articles and other academic contributions, participations, and discussions in seminars, congresses, conferences around the globe).
The conflict, and more specifically the Falklands/Malvinas sovereignty conflict, has not been solved yet, both factually and legally. The reader may agree or disagree using a value judgment. But a value judgment cannot disagree with facts and law. Things are as they are regardless of what we think of them or how we value them.

Argentina, the United Kingdom and the Falkland islands need to compromise if they want to put a peaceful and definitive end to the dispute. What is to compromise? Broadly speaking, to compromise means to have an agreement between/amongst different parties in relation to something they are all claiming by accepting others’ claims (or part of them). It implies dialogue, and dialogue implies mutual respect, tolerance or toleration.

True. Someone may argue that sovereignty implies an exclusive right. For a classical definition of sovereignty:
“[Sovereignty is] a Supreme authority in a [S]tate. In any [S]tate sovereignty is vested in the institution, person, or body having the ultimate authority to impose law on everyone else in the [S]tate and the power to alter any pre-existing law. […] In international law, it is an essential aspect of sovereignty that all [S]tates should have supreme control over their internal affairs […]”
Martin, E. A. and Law, J., ed. 2006. A Dictionary of Law. Oxford: Oxford University Press.

Evidently, there are many other definitions of sovereignty that can be quoted. Moreover, there are indeed many conceptual issues we may consider when referring to State sovereignty. I will mention some of them below. The aim here is solely to make evident how a concept that is at first thought to be absolute presents several characteristics that show something different. Some of these conceptual issues include:
·               Confusion between supreme and unlimited or absolute authority and how different sorts of limits—e.g. internal, international, religious—relate to the concept of sovereignty.
·               Whether sovereignty is a form of authority or power or both.
·               The related distinction between de jure and de facto sovereignty.
·               Whether sovereignty is a feature of an office (or institution) or of a person or body of persons. Linked to this, the difference between sovereignty as something possessed by a State (e.g. the United States, Argentina) and sovereignty as something that may or may not be possessed by an institution within a State (e.g. Parliamentary sovereignty in the United Kingdom, the absence of a single sovereign institution within the United States).
·               What it is for a State to be ‘internally’ and ‘externally’ sovereign.
·               The notion of ‘popular’ sovereignty.
·               Whether we can think of sovereignty as something possessed within a limited jurisdiction (e.g. ‘I have authority over matter X but not over matters Y and Z, but my authority over X is final and complete, so I am sovereign over X’) or whether sovereignty must entail a notion of unlimited jurisdiction.

Briefly put, sovereignty and tolerance may not be conceptually close. As sovereignty implies absolute imperium or supreme authority over a given territory and its population (sovereign State), it may have an antithetical relationship with tolerance. However, the fact that sovereignty can –and it does- have constraints refutes that postulate. The question here is what it is understood by a tolerant behaviour amongst sovereign States.
A sovereign State is not tolerant if it does not respect its peers –i.e. if it does not respect others’ sovereignty. Does Argentina respect the United Kingdom in the case of the Falklands and viceversa? In what specifically concerns to sovereignty conflicts, every involved sovereign State objects or disapproves its opponent claims over the third territory resulting in a zero sum game for all the involved agents. By adding toleration to the equation, these sovereign States would at least secure its reciprocal respect as international peers and, possibly, the mutual acknowledgement as interested agents in relation to the third territory. How far can this special kind of international toleration be extended? The answer to this question is crucial because depending on its outcome, toleration may imply respect of the status quo in sovereignty conflicts or include behaviours to move towards a viable solution.

At first glance, toleration seems to be usually understood as implying negative obligations –in the form of not to do, not to interfere with someone else. Similarly, at international level, the principle of non-interference is core to international relationships.
Both Argentina and the United Kingdom can act in relation to the Falklands/Malvinas, they know about their existence and that of their competitor, and they refrain from fully putting their claimed rights into action. There is indeed a certain degree of toleration between Argentina and the United Kingdom. In fact, the main –only?- problem between them is the dispute about the sovereignty over the Falklands. Can an umbrella of toleration be the answer? That seems what Mr Corbyn suggests.

A first –and mature- step in order to move forward is that both the governments of Argentina and the United Kingdom accept their competitor in the conflict as well as the Falkland islanders. With this blog, we have already seen why the Falkland islanders should be included in ANY negotiations and have a say. It is time now to put a final stop, leave childish and one-sided, selfish arguments behind, and move towards a final, peaceful, and definitive solutions.
Mine, as any individual interested in international security and peace has been and is very clear: Egalitarian Shared Sovereignty that includes all parties, that is Argentina, the UK, and the Falklands/Malvinas islanders.

Some of my previous posts about Falklands/Malvinas and sovereignty:





Friday, 15 January 2016

UK-Russian Symposium 16th March 2016: INVITATION & Call for Abstracts


Juris North, Legal and Political Philosophy Discussion Group, will host the First British-Russian Symposium on «Jurisprudence and Sovereignty: Legal Theory and Political Theory Views.»

The Symposium is held in Manchester, UK, on Wednesday 16th March.
        
Key-words: the definition of sovereignty, features of sovereignty, state supremacy, independence of a state, kinds of sovereignty, secession, human rights, territorial integrity,  legal aspects of globalization, principles of law, state membership in international and regional organizations, state participation in military alliance. 

SYMPOSIUM ORGANIZING COMMITTEE
Co- Chairs of the Organizing Committee:
Dr Antonov Michael V., J.D., Associate Professor of Theory and History of Law and State department of Law Faculty of the St. Petersburg branch of the Higher School of Economics.
Dr Jorge Nunez, Lecturer, Manchester Law School, Manchester Metropolitan University.

Participants
The format of the symposium is pre-read. We will be discussing 5 to 6 papers, circulated about two weeks in advance. Each session will start with a short presentations by the author. A commentator will then kick-off discussion, the author will respond to the comments, and then the remainder of the session will be dedicated to Q&A.

The purpose of this announcement is twofold.  First, we would like to invite you to attend the 2016 symposium and take part in the discussions. There will be no registration fees.
Second, we would like to invite you to submit an abstract or to volunteer to comment.  If you are interested in submitting an abstract, please do so by January 31, 2016 by email to j.nunez@mmu.ac.uk
Please limit your abstract to 500 words or less. Once we have received abstracts, we aim to put together a diverse programme that we hope will be of interest to a wide range of people within legal and political philosophy.
Please note that this is an open call for abstracts, so you should feel free to forward this information to anyone who you think might be interested in presenting a paper, commenting on a paper, or attending the workshop.


Any question please contact Dr Jorge Nunez j.nunez@mmu.ac.uk