HASTA
AQUÍ…
Tenemos
tres poblaciones (Khemed, Syldavia y Borduria) como parte de un conflicto o
disputa de soberanía. Por alguna razón, cada parte reclama soberanía exclusiva
sobre Khemed. Como su mundo podría perecer pronto, todos han decidido entablar
negociaciones en relación con la soberanía sobre Khemed. Esto se debe
principalmente a que el territorio de Khemed es rico en un metal muy raro que
resultó ser necesario para la construcción de objetos voladores interestelares.
Las tres partes piensan en usar estos objetos voladores interestelares en caso
de que el mundo llegara a su fin y tuvieran que evacuar.
Cada
una de las partes ha elegido un representante. Los representantes de las tres
poblaciones entrarán en las negociaciones sin saber a quién representan, pero
con acceso a cualquier otra información sobre las tres partes, sus reclamos, y
todo lo relacionado con Khemed y su soberanía. Al actuar de esta manera, se
aseguran de que ninguna de las partes esté más o menos favorecida o en
desventaja a la hora de elegir cómo se asignará la soberanía.
Suponemos
que los representantes no saben a quiénes representan y tienen que aceptar que
podrían representar a cualquiera de las tres poblaciones. Entonces, los
representantes son impulsados por la regla de maximin. El problema fue
entonces determinar la naturaleza y el tamaño de cada parte particular de la
soberanía.
Los
representantes revisaron y rechazaron una serie de posibles opciones para tomar
una decisión sobre cómo compartir la soberanía en relación a Khemed.
Para
recapitular, los representantes rechazaron la adquisición basada en el reclamo
histórico, el interés de una sola de las partes, el principio de la diferencia
e igualdad de porciones de soberanía.
La
soberanía implica muchos aspectos de muchos niveles diferentes. Esto no solamente
se traduce en beneficios sino también en cargas. La sección anterior mostró que
una elección cautelosa reconocería que la soberanía es compleja y que implica
beneficios y cargas u obligaciones en diferentes áreas. Entonces, elegir
cualquiera de las ideas antes mencionadas sería una decisión demasiado
simplista que podría tener graves consecuencias para las poblaciones
representadas.
La
solución alcanzada debe ser aquella que, además de ser intuitivamente atractiva
en las negociaciones para todos los representantes y aquellos a quienes
representan, pueda aplicarse cuando finalicen las negociaciones de tal manera
que las tres poblaciones quieran respetar el acuerdo alcanzado. Entonces, la
solución debe ser de alguna manera beneficiosa para los tres. Khemed, Syldavia
y Borduria, deben reconocer (en cierta medida) sus reclamos y el resultado no debe
ser perjudicial para parte alguna en el conflicto.
Suele
ser el caso pensar y asumir que la población del tercer territorio es la menos
favorecida o está en una situación más precaria en comparación con la de los
dos Estados soberanos. Pero eso no es necesariamente cierto en todos los casos.
En nuestra historia, aunque Khemed puede estar en desventaja en algunas áreas
en comparación con Syldavia y Borduria, es un hecho que el metal raro que todos
necesitan está en Khemed. Entonces, no es fácil señalar a la parte menos
favorecida.
Para
tener éxito en la elección de un principio que se aplicará para la asignación
de la soberanía, los representantes deben tener en cuenta algunas
circunstancias:
a)
cuando finalicen las negociaciones, las partes reclamantes se encontrarán en
situaciones muy diferentes en muchas áreas;
b)
que la parte menos favorecida puede ser pero no necesita ser Khemed;
c)
que los conflictos de soberanía y la soberanía en sí son complejos, es decir
implican beneficios y cargas u obligaciones en muchas áreas diferentes.
Para
abordar el problema de la complejidad, los representantes primero deben aclarar
cómo las partes no utilizarán ningún acuerdo alcanzado solamente en su
beneficio. Es decir, el acuerdo no debe ser un subterfugio para ninguna forma
de dominación de una o más partes demandantes en relación con el otro(s). Esto
se debe a que, mediante la aplicación de la regla de maximin, es plausible
pensar que los representantes tendrán una visión prudente en relación con el
resultado final.
Jorge
Emilio Núñez
20
de noviembre de 2017
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